La campana cuenta con un mantenimiento mínimo que es:
Los filtros antigrasa, de acero inoxidable o aluminio, los cuales son lavables en el lavavajillas. Muchas veces es la propia campana la que indica cuando debe de hacerse.
Algunos modelos cuentan con el interior blindado lo que facilita mucho el proceso de limpieza. Es más seguro, ya que reduce el área de limpieza y no hay aristas ni recovecos evitando posibles cortes o sitios donde se acumule la suciedad.
Y en caso de que esté instalada en recirculación habrá que cambiar los filtros de manera periódica según el que se haya elegido: 1 vez al año (alta eficiencia) o en su defecto, cada 4 meses a 200ºC en el horno y duran hasta 10 años (larga duración).
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